A pesar de sus 29 y 26 años, respectivamente, el australiano Stephen Huss y el surafricano Wesley Moodie eran dos desconocidos cuando llegaron a Wimbledon hace dos semanas. Sus carreras estaban siendo desastrosas. Ni uno ni otro habían conseguido todavía salir del circuito satélite, aunque Moodie había ganado dos partidos en el torneo londinense el curso pasado.
Sin embargo, lo que les ocurrió este año sobrepasa cualquier expectativa. Huss y Moodie tuvieron que pasar la fase previa para entrar en el cuadro principal de dobles. Pero, una vez en él, fueron salvando todas las rondas hasta ser campeones. Es la primera vez que un doble salido de la previa gana el torneo. Y su mérito es aún mayor porque en la final se impusieron (7-6, 6-3, 6-7 y 6-3) a los experimentados hermanos norteamericanos Bob y Mike Bryan, campeones en Roland Garros en 2004 y que llevan seis finales del Grand Slam.
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Huss y Moodie habían jugado juntos un sólo torneo, el challenger de Nueva Caledonia, que ganaron. Pero Wimbledon fue el primero del circuito máximo que disputaban. "A muchos les sorprende nuestra victoria y a nosotros también un poco", confesó Huss; "pero nos complementamos muy bien. Wes es un gran pegador y sacador y eso me da muchas oportunidades en la red". Y Moodie agregó: "Steve está siempre muy relajado en la pista y eso me quita presion. Nos divertimos".
Hasta ahora, el dinero que habían ganado les servía para irse financiando en los torneos y sus viajes. Pero en Wimbledon percibieron 370.000 euros para repartirse. "Es mucho dinero", dijeron; "pero nunca pensamos en eso hasta ahora. Desde luego, nos ayudará a proseguir nuestro camino". Huss se había marcado un plazo de 18 meses, que estaba concluyendo, para decidir su futuro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de julio de 2005