El secretario general del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Silvio Pereira, dimitió ayer de su cargo, acosado por las acusaciones de soborno a diputados a cambio de apoyos al Gobierno del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Pereira, que fue uno de los fundadores del partido en 1980 y hombre fuerte del partido, era también persona de confianza del dimisionario ministro de la Casa Civil, José Dirceu, con quien decidió cientos de nombramientos de altos cargos en el Gobierno tras la llegada de Lula al poder, en 2003. En una carta enviada ayer a la sede del PT en São Paulo, Pereira pidió al presidente de la formación, José Genoino, "una licencia" por un tiempo no especificado, según informó el propio partido.
El PT está viviendo la mayor crisis política de su historia, acusado de haber echado por la borda su fama de formación ética e incorruptible que lo caracterizó durante 25 años. No se descarta que en los próximos días también planteen su dimisión el tesorero del PT, Delubio Soares, y el propio Genoino, tras las nuevas acusaciones publicadas el pasado fin de semana por la revista Veja. Según el semanario, existía una estrecha relación entre el publicista Marcos Valerio, que supuestamente distribuía los sobornos a los diputados, y la cúpula del PT.
El presidente Lula, que había anunciado una esperada reforma ministerial, volvió a aplazarla. El problema es si, junto con algunos ministros, también abandonará su cargo el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, acusado de supuestos delitos fiscales. Lula ha repetido estos días que será "implacable" con la corrupción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de julio de 2005