El consejero director general del Grupo Santander, Francisco Luzón, responsable de América Latina, valoró ayer esta división en 35.000 millones de dólares (29.411 millones de euros), aproximadamente el doble de lo invertido. No obstante, Luzón reconoció que los analistas sólo creen que vale 25.000 millones de dólares (21.008 millones de euros), lo que supone un tercio del valor total de la entidad.
"Pero a mí la cifra de los expertos me deja frío", dijo a continuación. "Creo que valemos mucho más". Luzón hizo esta afirmación aportando tres argumentos: el primero es que los cálculos de los analistas no incorporan las buenas expectativas de crecimiento de la región, que aquéllos pierden de vista la segunda oleada de profundización bancaria y, por último, incidió que contar con la entidad líder en América con el 10% de cuota y 18 millones de clientes "tiene un gran valor". "Pero no se alarmen, no vamos a vender", afirmó.
Luzón clausuró el curso Democracia, crecimiento con igualdad y educación que la entidad patrocina en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Ante una cuarentena de periodistas iberoamericanos, el presidente del Santander se mostró muy confiado en el avance económico del continente. "La imagen de Latinoamérica suele estar dominada por el recuerdo de la penúltima crisis. Esta visión no sólo es injusta, sino equivocada. Yo no soy iluso, ni mucho menos un fanático".
Luzón sólo reconoció un problema, aunque de grandes dimensiones: sólo el 40% de la región, siete países, cumplirá la meta de reducir a la mitad la pobreza extrema. Pero afirmó que "es sencillamente falso que la pobreza esté avanzando en la región".
A su juicio, la mejora económica de la región pasa por mayor una inversión, entre otras, de las empresas españolas. En 1993 y 1994, éstas invirtieron unos 138.000 millones de dólares, el 40% de las inversiones en infraestructuras del continente. Luzón afirmó que no tiene ninguna duda de que las empresas españolas seguirán invirtiendo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de julio de 2005