La misma mañana que en Singapur se decidía la ciudad olímpica para 2012, en la televisión de Cataluña se pasaba una encuesta entre sus espectadores sobre si eran o no partidarios de que ganara Madrid. Cuando yo lo vi, estaban en contra el 75%. Por poco oportuna que parezca la encuesta, no me extraña, y menos me extraña su resultado dada la deriva nacionalista de TV-3. Con las horas de adoctrinamiento antiespañolista -y también de patente laicismo- que llevan acumuladas sus telespectadores, no puede chocar que éstos voten siempre de forma mayoritaria en contra de Madrid o de la Iglesia. Por eso, cualquier encuesta de una emisora de televisión, radio, o periódico para mí carece de representatividad si estos medios están escorados políticamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de julio de 2005