El eje de las fiestas de San Fermín son y serán los toros y los más de 400 socios del Club Taurino dan fe de ello. Rafael Baranda (Pamplona, 1937) lleva las riendas del Club en estos días tan movidos por la cantidad de trabajo que se acumula.
Pregunta. ¿Cómo se lleva la organización de tantos actos en esta semana festiva?
Respuesta. Este año las fiestas de San Fermín son una auténtica locura. Organizar actos como las entregas de los premios al mejor torero y al mejor puyazo, charlas y tertulias nos resulta fácil porque llevamos muchos años en esto y se repiten las cosas. La gentes nos felicita pero no tiene importancia.
P. ¿Qué sería de los sanfermines sin los toros?
R. Pues sería más o menos como lo que ocurre en otras capitales de provincia, en las que no se notan las ferias..
P. ¿Por qué los toros de Pamplona tienen fama de ser los más duros? ¿Se trata de una decisión de los organizadores o que el público es muy exigente?
R. Los toros que se lidian en Pamplona no van a ninguna plaza de España, ni Madrid ni Sevilla o Bilbao. Aquí hay que traer un toro serio, fuerte, que no se separe y que vaya lo mejor posible durante el encierro para que no se produzcan cornadas. Después, por la tarde la corrida ya la marca el encierro.
P. ¿Qué opinión le merecen los grupos ecologistas o proteccionistas de animales?
R. Pues que para decir más tonterías hay que entrenarse. El encierro de Pamplona es único y mientras existan y se lleven a cabo en la ciudad estas fiestas serán lo que son actualmente. Se trata de una fiesta de siglos, con más o menos altibajos históricos, pero que seguirá y se mantendrá.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de julio de 2005