Presencio atónita cómo en la Universidad de Sevilla se abren sucursales bancarias dentro de la Escuela de Ingenieros, cómo en el salón de actos de la Escuela Politécnica se organizan actuaciones de ínfimo interés universitario, como la de Juanito Navarro; cómo se arreglan a prisa edificios que llevan años en un constante deterioro porque viene el Rey. ¿Por qué no los llevan a las caracolas de Derecho o a las eternas aulas en el Instituto Murillo? Indignada al confirmar la recalificación de terrenos de ciertas facultades con las que la Universidad se va a embolsar grandes beneficios que ni alumnos ni profesores van a ver por ninguna parte, porque las instalaciones siguen igual que siempre, o peor. A los investigadores se les da una miseria de beca para que trabajen lo mismo que sus colegas europeos, que sí que tienen contratos laborales, para acabar siendo profesor sin plaza, sin estabilidad, sin futuro. Señor rector, menos publicidad del V Centenario y demuestre que esta Universidad es grande, con grandes alumnos, magníficos titulados y excelentes profesores, sino acabará siendo el rector de una Universidad con un excepcional pasado, un pésimo presente y un nulo futuro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de julio de 2005