Este fin de semana pasado tuve un verdadero accidente en mi excursión por la sierra de Madrid.
Mi perro se puso muy enfermo en el monte, posiblemente por un "golpe de calor" (?) o un infarto o... bueno, lo que sea. Cuando el animal estaba agonizando en mitad de la sierra, yo, que estaba solo, intenté buscar ayuda a través de mi móvil, que apenas tenía cobertura (¿arreglarán eso alguna vez para mejorar la seguridad de excursionistas y montañeros?).
Contacté con el teléfono 112, donde se centralizan los servicios de asistencia de la Comunidad de Madrid, pidiendo ayuda: "... Lo siento, no puedo hacer nada por usted, esto es un servicio de urgencias..!". ¡Ah! Por lo visto mi situación no era una urgencia.
El perro murió allí mismo y tuve que valérmelas solo para medio resolver tan desgraciada situación.
Oigo por la radio que hay un llamado Plan de Protección de Animales Domésticos o algo parecido... Es como un chiste, ¿no? Uno de tantos chistes malos que se oyen por ahí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de julio de 2005