El PP solicitó ayer la comparecencia en el Parlamento de la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, para que informe sobre la situación del pantano de Iznájar (Córdoba). El martes, la Delegación de Salud prohibió a unos 166.000 habitantes de Córdoba beber y cocinar con el agua de este embalse debido a que los niveles de terbutilazina, un herbicida, superaban los límites.
Por otra parte, la Diputación de Córdoba afirmó ayer en un comunicado que que las medidas adoptadas por Emproacsa, empresa dependiente del ente provincial, en el pantano de Iznájar "están dando buenos resultados". Según la Diputación, los primeros análisis realizados en el agua tratada con carbón activo demuestran la eliminación del herbicida. Los responsables de la institución aseguran que esta primera prueba "permiten augurar que la situación podrá normalizars
e en los próximos días".
En Córdoba, tanto IU como PP han acusado a Salud de "negligencia". La presidenta de los populares en Córdoba, María Jesús Botella, llegó a decir ayer que tiene "la sospecha" de que "se ha consumido agua contaminada durante mucho tiempo". "Una contaminación de este tipo no es algo que se genere de un día para otro, sino que requiere muchos meses depositándose allí de forma incontrolada", asegura Botella.
Ni la Junta ni la Diputación, que gestiona el pantano, han negado que el embalse estuviera libre del plaguicida, sino que sospechan que el problema ha surgido cuando el volumen del agua se ha reducido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de julio de 2005