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Crítica:CANCIÓN

Espíritu tanguero

No visten de negro. El percusionista, rapado y con moño, lleva una camiseta con la figura de Bruce Lee estampada en blanco y negro, y el guitarrista, una de colores con la imagen de una divinidad asiática. El guitarrista es Acho Estol, autor de canciones que rejuvenecen el tango. Algunos títulos son significativos: La foto del escarabajo, Sueño de morocha en conventillo o Ayer hoy era mañana. Su disco Tango agazapado está dedicado a los que aman los puertos, las fotos sepia, las estampillas lejanas, los perros vagabundos y el ruido de los trenes.

Recuperan el lado transgresor del tango, conscientes de todo su potencial subversivo, y se autodefinen como tradicionalistas posmodernos. Lo hacen desde la ironía y con cierta ternura. Dolores Solá, la voz tan dulce como áspera de La Chicana, aseguró, antes de Baldosa floja, que los hombres que bailan tango "se levantan minas".

La Chicana

Dolores Solá (voz), Acho Estol (guitarra, dirección y coros), Osiris Rodríguez (violín), Martín Cecconi (bandoneón), Manuel Onís (bajo) y Federico Tellechea (percusión). Veranos de la Villa. Jardines de Sabatini. Madrid, 14 de julio.

La Chicana toca tangos y milongas -hasta de 1915, como Fuegos artificiales-, aunque también un joropo venezolano o un aire boliviano llevado a cumbia. Y dos milongas instrumentales aceleradas en versión trash. Lo más antiguo de este sexteto acústico argentino lo firmó hace siglos Bach: un hallazgo su interpretación del Concierto en re menor para dos violines.

Juegan con los límites del tango, no sólo al explorar el folclor latinoamericano, sino cuando creen haber descubierto que Tom Waits es un tanguero. Les gusta hallar espíritus tangueros en otras latitudes y los encuentran en los Brecht y Weill de La mujer del soldado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de julio de 2005