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OPINIÓN DEL LECTOR

Teatro en Alcorcón

Hacer teatro aficionado en Alcorcón es, no ya una proeza, sino una odisea que adquiere tintes de tragedia. A la escasa voluntad de las autoridades municipales, léase Concejalía de Cultura, se une la falta de amabilidad y comprensión de ciertos cargos públicos que con su prepotencia arrasan toda esperanza y prosperidad para este noble arte. El concejal alega que la Muestra de Teatro Aficionado que se celebra en esta localidad en los meses de junio y julio le llena de orgullo y satisfacción. A mí, a un día del estreno, me llena de terror y desánimo. Sin poder hacer un ensayo general en condiciones, todo depende de si hay conserje o no que nos pueda abrir una puerta; nadie de la concejalía se pone en contacto con nosotros por si necesitamos algo, será porque en la concejalía, alguno piensa que hacemos "castañas", como dijo un animador (eso es animar y lo demás son tonterías).

El sábado, después de que las parejas se casen, subiremos al escenario del teatro de los Castillos y no sabemos si alguien abrirá la puerta, si vendrá un técnico a encender la luz y si vendrá alguien aunque sea una "castaña" (a mí me gustan mucho). Pero si el concejal está satisfecho, oye, ¿quién soy yo para decir nada? Agradecerle su no asistencia, que no conozca a mi grupo (llevamos 20 años haciendo teatro aficionado en Alcorcón) y que el Museo de Vidrio se cierre los martes por la mañana porque no hay conserje. ¿Alguien les ha dicho a estos señores que sus cargos son públicos y su sueldo también.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de julio de 2005