He tenido conocimiento del proyecto de infraestructuras que el Gobierno está preparando para los próximos años. Por la dimensión del mismo, creo conveniente señalar que, sin ninguna duda, dicho proyecto debería verse acompañado de una inevitable ley de suelo y urbanística que imposibilitara el encarecimiento abusivo de la vivienda también para los próximos años. Pues no creo necesario señalar que los constructores ya se están frotando las manos, y los especuladores varios, también; y los humildes aspirantes a vivienda como yo, pues como es lógico, nos echamos a temblar.
Un plan de infraestructuras debería contemplar lo que podría suponer el posible encarecimiento de la vivienda en torno a las grandes infraestructuras proyectadas. Por lo que dicho plan, inevitablemente, para ser operativo, deberá estar acompañado de toda una serie de medidas que impidan que se produzca de nuevo una situación tan lamentable como la que actualmente vivimos en relación con la vivienda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de julio de 2005