La imagen ofrecida por las World Series de Renault en Bilbao fue la de un espectáculo muy entretenido y dispuesto para ser consumido por medios de comunicación y público. Velocidad a raudales, diversas pruebas y exhibiciones para hacer gozar a los aficionados. Pero las entretelas de las World Series, los equipos, son las de la necesidad. "Hay que mendigar para conseguir patrocinios", señala Joan Villadelprat, presidente del equipo Epsilon Euskadi y antiguo ingeniero jefe de la escudería Ferrari. "La fórmula 1 absorbe la publicidad porque tiene más repercusión en televisión y periódicos. Para nosotros es mucho más difícil encontrar alguien que nos subvencione", prosigue este veterano.
Agencias matrimoniales por Internet, patatas fritas, desguaces, supermercados o empresas de limpieza son quienes ponen el dinero suficiente para que los equipos más modestos puedan desplazar dos coches y casi una veintena de mecánicos e ingenieros por toda Europa y así competir al máximo nivel. Si falta la publicidad, incluso hay espacio para escribir recuerdos a los familiares sobre el chasis (como el "merci, papa" del piloto de World Series Damien Pasini). "Aquí tiramos año a año con los patrocinios y luego se renuevan o no", señala Jordi Pons, del equipo Pons Racing, capitaneado por su hermano, el ex motociclista Sito Pons. Esta escudería, de sólo dos años de antigüedad, tiene el honor de haber formado a pilotos como Karthikeyan o Montigny, ambos en fórmula 1. Pese a su humildad, tanto Epsilon Euskadi como Pons Racing se pueden considerar afortunados.
Otras categorías que compitieron ayer, como la Fórmula Renault 2.0, la Eurocopa Mégane o la Copa Clio de España penden siempre de un hilo. Algunas firmas, cansadas de llamar puerta a puerta para venderse, han decididido abandonar la competición. Sin embargo, Pons lo tiene claro: "Se está demostrando que las World Series funcionan y que tienen mucho espacio para crecer. Además, son necesarias para que en el futuro podamos tener más "Fernandos Alonsos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de julio de 2005