Después del corazón, el cerebro. La electrónica ha llegado a los dos órganos que deciden la vida del ser humano. Primero fueron los marcapasos, desfibriladores y otro tipo de dispositivos que permiten mantener latiendo al músculo cardiaco mediante pequeñas descargas eléctricas. Lo último son las estimulaciones cerebrales dirigidas, una especie de electrochoque en miniatura y mucho más controlado.
El dispositivo aprobado el viernes por la agencia del medicamento estadounidense (FDA) llegaba avalado por años de funcionamiento para tratar la epilepsia. Lo que se ha hecho ahora es ampliar su posible cambio de acción a las depresiones graves que no responden a la medicación.
De acuerdo con la propia empresa, el mismo sistema podía utilizarse en otros casos en los que las conexiones de las neuronas cerebrales pueden sufrir un cortocircuito. Ya se emplean dispositivos cerebrales para tratar y corregir los temblores del Parkinson.
Cyberonics, la empresa que ha diseñado el dispositivo para la epilepsia y la depresión, trabaja también en la estimulación para combatir el Alzheimer, la ansiedad y la migraña. Más a largo plazo se estudia sustituir los impulsos nerviosos en lesionados medulares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de julio de 2005