En las noches de julio y agosto existe en Madrid un lugar privilegiado donde disfrutar de la música. Con aforo para 700 personas, sillas y mesitas en un entorno rodeado de árboles, y el Palacio Real iluminado como telón de fondo. Aunque, hasta ahora, la afluencia de público no ha sido la esperada.
L'Ham de Foc es el nombre de un grupo que lleva años intentando labrarse un porvenir en el mundo del folk, con una interesante suma de elementos ibéricos y del Mediterráneo oriental. Hay un gusto por la música modal. Igual puede predominar el sonido de las zanfonas como en Somniava (Soñaba) que el de los laúdes en el caso de Voldrien (Querrían). En Pandero tocaron ese palo peninsular por excelencia que es el ritmo de jota. Son ocho músicos con más de treinta instrumentos acústicos tradicionales. La cantante -una síntesis, con personalidad propia, entre una María del Mar Bonet y una Marta Sebestyen- explica el significado de cada canción -ella es autora de las letras-, no sin cierta pretenciosidad.
L'Ham de Foc
Mara Aranda (voz), Efrén López (laúd, santur, zanfona), Constantino López (cítara, laúd, mandola), Juan Manuel Rubio (zanfona, arpa, santur), Eduard Navarro (dulzaina, chirimía, moraharpa), Hristos Barbas (flautas ney y kaval), Diego López (panderos) y Osvaldo Jorge (tablas, tinajas). Veranos de la Villa. Jardines de Sabatini. Madrid, 18 de julio.
Los valencianos presentaban su tercer disco, Cor de porc (Corazón de cerdo) -en la fachada de una iglesia gótica descubrieron la figura de un marrano tocando el arpa-, junto a temas de los anteriores (Rebels, Lluna d'algeps...). Casi tienen más aceptación fuera que en casa. El último disco está en la lista europea de "Músicas del mundo" y en Alemania los han acogido con los brazos abiertos. Ellos lo achacan al aprecio de los teutones por las influencias del medievo audibles en L'Ham de Foc.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de julio de 2005