En poco tiempo, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha las áreas verdes. Primero en el Eixample y en Ciutat Vella, y a partir del otoño en todos los distritos por debajo de la ronda del Mig. Está claro que para lo que interesa, el Ayuntamiento se mueve rápido. En cambio, la mejora del transporte público va muy poco a poco, cuando no hacia atrás.
Estoy especialmente quejoso de los autobuses de TMB. Por lo que parece, el mes de julio se ha reducido el servicio, cosa que provoca una espera más grande (en muchos casos el doble) en las paradas, y que los autobuses vayan mucho más llenos. ¡Eso cuando no vienen dos seguidos! ¿Qué piensan en la TMB, que la gente hace dos meses de vacaciones? El mes de julio es laborable para muchísima gente, y por tanto no se entiende la reducción del servicio. Eso sí, se gastan unos cuantos miles de euros en una campaña que te dice que disfrutes del trayecto, cosa que en muchos momentos te supone directamente una burla. La causa, está clara: ¿qué se puede esperar que haga a favor del transporte público un ayuntamiento cuyo alcalde no coge el autobús ni el Día sin Coches.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de julio de 2005