Una sala especial del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco decidió ayer aceptar la recusación del tribunal que iba a juzgar la negativa del anterior presidente de la Cámara vasca y otros dos miembros de la Mesa a disolver el grupo heredero de Batasuna en la anterior legislatura, el denominado caso Atutxa. La sala apartó del asunto a tres miembros de la Sala Civil y Penal del alto tribunal -su presidente, Fernando Ruiz Piñeiro, y los magistrados Antonio García y Roberto Sáiz- al estimar que está dañada su imparcialidad.
La recusación fue promovida por la defensa de los acusados, y a ella se sumó la Fiscalía. El sindicato Manos Limpias, la única parte que acusa, la interpretó como una maniobra para "colocar a unos magistrados afines a su ideología para tener asegurado el resultado del procedimiento".
Una sala especial, presidida por el magistrado Juan Luis Ibarra, entendió ayer por unanimidad que los jueces recusados están contaminados al haber emitido "valoraciones fácticas y jurídicas propias de un juicio de fondo sobre la responsabilidad penal de los imputados". La sala se refería así a los argumentos dados por los tres jueces ahora apartados al revocar el auto de archivo dictado en diciembre pasado por la instructora del caso, Nekane Bolado. La resolución de ayer analiza de manera prolija hasta ocho argumentos contenidos en aquel auto y llega a la conclusión de que no son "neutrales" en cuanto a la valoración jurídico-penal de los hechos enjuiciados.
La sala dice que las dudas sobre la imparcialidad de los tres recusados están "objetivamente más que justificadas y fundadas". La Sala de Gobierno deberá formar otro tribunal, según el turno preestablecido, con magistrados de lo Social y de lo Contencioso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de julio de 2005