En plena euforia, tras ser recibido por Bush, el señor Rajoy calificó la actual política exterior española de "broma" de dudosa eficacia. Anteriormente ya la había calificado de "continua orgía"; por tanto, no debería sorprender, pues está en línea con la "estupidez" de la alianza de las civilizaciones.
Si me sorprende y entristece es porque lo ha dicho a muchos kilómetros de nuestro país, y en esas circunstancias cualquier político de cualquier país no utiliza los intereses nacionales para atacar a sus rivales políticos, aunque eso le agrade mucho a su anfitrión.
Desde luego, la política exterior española del anterior Gobierno, al que el señor Rajoy pertenecía, no era una broma. Más bien todo lo contrario; sólo hay que ver las consecuencias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de julio de 2005