Si fue imposible convencer a los miembros del COI de que Madrid fuera elegida ciudad olímpica 2012 lo será aún más concienciar a ese grupo privilegiado de ciudadanos que disfrutan de piscina, césped y campo de golf que, en beneficio de todos, ahorren agua.
Quiero decir que aunque yo me duchara en vez de bañarme, cerrara el grifo cuando me lavo los dientes o metiera un ladrillo en la cisterna no ahorraría ni la milésima parte de agua que ahorrarían los sudodichos ciudadanos si prescindieran de llenar sus piscinas privadas, regar sus hermosos céspedes o dejar de jugar en sus apreciados campos de golf tan ajenos, por lo que se ve, al grave problema de la pertinaz sequía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de julio de 2005