El tan traído y llevado Plan Hidrológico sólo ha servido para crear conflictos entre partidos políticos, olvidándose estos de lo verdaderamente importante, los/as consumidores, las personas (profesionales) que trabajan en el cultivo de cítricos y hortalizas y otros productos de la agricultura. Son muchos los problemas causados por la escasez de agua; si hago más referencia a los cítricos y hortalizas es porque afecta en mayor medida a profesionales de la Comunidad Valenciana y especialmente a Sagunto y comarca, lugar en que resido, donde percibo con más cercanía los graves problemas del sector.
Quiero enfocar este grave asunto desde el derecho a la utilización del agua como un bien natural, donde no debería haber dueños sino personas que disfruten y se beneficien de ella así como profesionales cuyo sustento en gran medida depende de este elemento natural, que no tiene color, por tanto no debiera identificarse con ninguna tendencia política; tampoco tiene olor, sin embargo huele a división entre las personas y las comunidades, eso es lo triste.
El agua, como elemento natural no debería ser motivo de división sino de un comportamiento solidario. Hay comunidades que tienen excedente de agua y hay otras que la necesitan. ¿Qué culpa tenemos los ciudadanos de que los políticos no conozcan la palabra solidaridad? ¿Tenemos culpa de que no sepan llegar a un punto de encuentro dejando a un lado sus intereses partidistas y resolver esta situación mediante la conciliación y las buenas maneras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de julio de 2005