La fiscalía pide siete años de cárcel por un delito de terrorismo para Santiago Royuela, hijo del conocido subastero Alberto Royuela, a quien acusa de fabricar un artefacto explosivo, junto a otros presuntos jóvenes ultraderechistas, que pretendían hacer detonar antes de la celebración de un concierto.
Los hechos, que empezaron a juzgarse ayer en la sección segunda de la Audiencia de Barcelona, ocurrieron la madrugada del 4 de marzo de 2001, un día antes de que el cantante vasco Fermín Muguruza diese un concierto en el centro cívico de las cocheras de Sants.
Los cuatro acusados, que se conocían por su militancia en la asociación de carácter patriótico españolista Timbalers del Bruch, supuestamente acordaron fabricar un artefacto casero que debía explotar en la plaza Bonet i Moix, el día antes del recital.
La madrugada de autos, el artefacto supuestamente fabricado por Santiago Royuela fue transportado en coche por un amigo suyo, Óscar, y colocado en el lugar del siniestro por otros dos amigos.
El artefacto les estalló mientras lo colocaban, y soltó un fogonazo que causó a ambos quemaduras de cierta consideración, por lo que hubieron de ser trasladados al hospital de Vall d'Hebron.
Según la fiscalía, a los acusados no les dio tiempo a colocar la tapa de la olla a presión, lo que hubiera provocado una detonación con una onda expansiva mayor y potencialmente mucho más destructiva.
El juicio concluirá hoy con la prueba pericial y los informes de la fiscal y los abogados de los cuatro jóvenes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de julio de 2005