Yo digo por qué la asignatura de religión no es evaluable, ya que ni el propio Gobierno lo sabe: la religión es algo relativo, discutible, abstracto, manipulado y tergiversado durante 2.000 años, es algo más mental y físico que espiritual, cordial o emocional.
No hay que creer si dijo o no dijo lo que dijera quien sea, sino sentir la esencia del conocimiento que nos trajo o trae el maestro como se llame, hay que sentirlo, porque es un sentimiento, no un conjunto de creencias. El cielo o el paraíso es el bienestar interior del ser humano, la razón del alma, la paz, y el infierno es el malestar, el sufrimiento, la confusión, el odio, la ignorancia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de julio de 2005