Creo que el Ayuntamiento de Madrid debería arreglar la cantidad de averías y fugas de agua que existen en el sistema de riego. Me paseo a diario con mi perro exclusivamente por dos parques de Madrid y es raro el día que no localizo una boca de riego que se sale, porque ha quedado abierta o está rota. Además, cuando riegan, puede verse que las mangueras no se adaptan a las bocas de riego y que el agua que sale por la unión de ambas es muy superior a la que se consume con el riego y va directamente a la alcantarilla más próxima.
Por supuesto es inútil avisar, pues el teléfono al que hay que llamar es el 112, al que llegan urgencias de todas clases y el que se salga una boca de riego no es importante. Desde el mes de junio, por si faltara poco, los niños, ante la mirada complaciente de sus padres, se dedican a llenar globos para jugar sin ningún miramiento, gastando litros y litros del agua que no tenemos.
Pienso que dada la sequía que estamos padeciendo -y aunque no fuera así- no podemos tirar el agua de forma tan sangrante y que el Ayuntamiento podía solucionar tanto desastre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de julio de 2005