No me malinterpreten: soy deportista, y de los que se sacrifican, pero lo de este país es increíble.Lo digo porque en mis 37 años de vida jamás había visto que un telediario de la televisión pública cambiase su horario por nada. Pero hoy sí. Son las 15.27 del 24 de julio de 2005, y el hasta ahora sagrado telediario de las tres todavía no ha empezado. El motivo de tal retraso es por lo visto muy importante: un español tiene muchas posibilidades de ganar en una carrera de motos que se disputa en Inglaterra.
Acostumbrado a que los informativos interrumpan la programación por motivos muy especiales o que incluso un telediario dedique la mayor parte de su tiempo a una información realmente relevante, comprenderán que la situación contraria me sorprenda y me indigne, especialmente cuando el motivo de tal retraso es algo tan intrascendente en los tiempos que corren.
Por cierto, pensando en aquellos a los que les interesan otras cosas, en La 2 hay piragüismo.
Sólo un par de preguntas: ¿retrasarían o suprimirían un telediario si un español recibiese, por ejemplo, el Premio Nobel de la Paz? ¿a quiénes estamos convirtiendo en héroes?.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de julio de 2005