Unas maletas abandonadas en la terminal A del aeropuerto de El Prat de Barcelona obligaron ayer a desalojar las instalaciones durante más de una hora. Tras ser revisadas por artificieros de la policía, se comprobó que no contenían material explosivo. El incidente coincidió con uno de los días de más tráfico aéreo del año. El cierre de la terminal hizo que durante la tarde se arrastraran retrasos en diversas salidas.
Los vigilantes del aeropuerto pusieron su atención hacia las tres de la tarde de ayer en un carro que contenía una bolsa y una maleta en el centro de la terminal A sin que, aparentemente, hubiera ningún propietario. Muy pronto dieron la voz de alarma. El Cuerpo Nacional de Policía puso en marcha el protocolo establecido en estos casos: acudieron los agentes Tedax con sus perros para analizar el material sospechoso y la Guardia Civil.
El comportamiento de uno de los animales, que se sentó frente a una de las maletas, llevó a desalojar el aeropuerto como medida de prevención. Tras comprobar que entre el contenido del equipaje tan sólo había objetos personales se procedió a abrir de nuevo la terminal, a las 16.20 horas. Los bloques B y C del aeropuerto no se vieron afectados.
El cuerpo de seguridad localizó a los dueños de las maletas, que alegaron que "se habían ido a tomar algo dejando olvidado el carro", según explicaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. Después de comprobar la identidad y la destinación de los propietarios del equipaje se les dejó proseguir su viaje.
En el momento en que se dio la alarma, centenares de personas se desplazaron desde la terminal A al exterior. La evacuación fue tranquila, como constataron algunos pasajeros.
Tres horas después la actividad del aeropuerto de El Prat se restableció la completa normalidad, hasta el punto de que la mayoría de los usuarios desconocían que un rato antes el mismo espacio había sido cercado por la policía. Tan sólo los retrasos que marcaban las pantallas que anuncian las salidas atestiguaban lo ocurrido.
AENA ha reforzado los controles de seguridad y los arcos detectores coincidiendo con el incremento de actividad del inicio de las vacaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de julio de 2005