En el reparto de herencia de mi madre, me corresponde un piso de 60 metros cuadrados en Madrid. Esta vivienda está alquilada con renta antigua, y después de todos los incrementos de renta que las variaciones de las leyes han hecho para mejorar la situación del arrendador, cobro por alquiler mensual la cantidad de ocho euros, ya que la inquilina tiene unos ingresos bajos.
Me pregunto: ¿tengo que estar soportando los gastos de la vivienda, muy superiores a la renta, cuando mis ingresos, por estar en el paro, son inferiores a los de la inquilina? ¿No puede el Estado arreglar estas situaciones? ¿De qué me vale haber heredado un piso cuyo precio aproximado de venta es de 200.000 euros, si tampoco puedo venderlo a ese precio? ¿Hay quien lo entienda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de julio de 2005