La candidata democristiana a las elecciones alemanas, Angela Merkel, teme el enfrentamiento ante las cámaras con su rival, el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder. "Por falta de tiempo", Merkel se niega a aceptar el desafío de enfrentarse en dos debates televisados. "Es decisión del señor Schröder si habrá un debate o ninguno", dijo el sábado Willi Hausmann, representante de Merkel en una reunión con las televisiones para negociar los duelos.
La sesión, en la que participó también el portavoz del Gobierno, Béla Anda, terminó en tablas y se convocó una segunda vuelta el miércoles. Tanto los representantes de Schröder como las dos televisiones públicas (ARD y ZDF) y las privadas RTL y Sat1, interesadas en retransmitirlos, insisten en dos debates: uno en las públicas y otro en las privadas.
Así se hizo hace tres años, cuando el desafiante de Schröder era el democristiano Edmund Stoiber. Su experiencia no fue buena: le faltó la soltura del canciller ante las cámaras. Y Merkel podría quedar aún peor parada. Si bien en la distancia corta y sin cámaras gana mucho e incluso tiene sentido del humor, la candidata no controla los nervios cuando se sabe observada por millones de personas.
El partido democristiano teme que una mujer seria y nerviosa no sea capaz de convencer con sus argumentos frente a un maestro de la cámara como es Schröder, ingenioso y brillante. Ya su potencial socio de coalición, el presidente del partido liberal, Guido Westerwelle, le advirtió de que no se metiera en la boca del lobo: "Si uno quiere derrotar a Boris Becker no le desafía al tenis, sino mejor al ajedrez".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de agosto de 2005