El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, recogió ayer reacciones adversas de todas las demás fuerzas nacionalistas vascas a su discurso del domingo en el que apostó por la soberanía compartida como alternativa a la independencia del País Vasco. Su principal socio en el Gobierno vasco, Eusko Alkartasuna (EA), consideró sus palabras como "una vuelta al pasado, al espíritu del Arriaga, a la época Ardanza", en palabras de su secretario de Organización, Rafael Larreina. En ese pasado, sentenció, "no hay soluciones". Larreina reiteró la apuesta de EA por la independencia y añadió que decir que no tiene sentido obedece "a un cierto complejo o a no querer ser claro con el propio proyecto político".
El segundo partido del Ejecutivo autonómico vino a coincidir así con la posición expresada el mismo domingo por el presidente del PNV en Guipúzcoa y líder de su sector crítico, Joseba Egibar. Estos pronunciamientos contradictorios se han producido mientras el lehendakari, Juan José Ibarretxe, finalizaba un viaje a Idaho (EE UU).
Tanto Batasuna como Aralar usaron ayer el argumento de Egibar la víspera para criticar a Imaz: no se puede compartir soberanía si antes no se tiene, dijeron portavoces de ambas fuerzas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de agosto de 2005