Observé estupefacto la ejecución de dos jóvenes en Irán, por lo visto por ser homosexuales. Soluciones? Díficil. Muy difícil. Desde luego invadiéndolos y bombardeándoles, desde luego que no. Yo abogo por la idea de nuestro presidente, ZP; por una Cumbre de Civilizaciones, por el diálogo entre todos los pueblos, por la no exclusión, por la ayuda a los países pobres (porque esto fomenta la educación), y en definitiva, cualquier camino que lleve a evitar por cauces democráticos estos hechos que tan frecuentemente se dan en regímenes totalitarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de agosto de 2005