La Guardia Civil ha desmantelado una red de ladrones con estructura paramilitar que había cometido en apenas dos meses 89 robos en naves industriales y gasolineras de Aragón, Cantabria, Asturias y Castilla-La Mancha. El grupo estaba compuesto por cinco albanokosovares, dos españolas y una rumana, que se habían especializado en entrar en las empresas mediante un butrón practicado en el techo.
La desarticulación fue efectuada de manera coordinada en Salamanca, Gijón y Madrid. Desde esta ciudad la banda partía cada dos o tres días para perpetrar sus asaltos. Antes de empezar, montaban en los alrededores de sus objetivos dispositivos de vigilancia y anulaban las alarmas por medios electrónicos. Luego rompían los techos de las naves industriales, se descolgaban hasta el suelo, reventaban las cajas fuertes y se llevaban todo lo que podía tener fácil salida en el mercado negro.
Tras consumar el robo, se escondían en pisos de seguridad en Gijón y Salamanca. Cuando se consideraban seguros, regresaban a Madrid, aunque antes ocultaban sus herramientas en descampados sitos en el camino. Las dos mujeres españolas vendían la mercancía y enviaban el dinero a Kosovo a través de empresas legales. La Guardia Civil ha aclarado tras la detención 89 robos en Zaragoza, Cantabria, Asturias y Guadalajara, aunque los investigadores creen que están implicados en otros tantos casos sin solucionar aún.
Mientras, la policía ha desarticulado una banda de origen búlgaro dedicada a robar vehículos de lujo en España y enviarlos a su país para revenderlos. Los agentes han hallado seis coches recién robados, como un Mercedes SLK 55 AMG, valorado en 80.000 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de agosto de 2005