El 31 de julio pasado, en las autovías de Madrid, sobre todo en la A-3, miles de conductores se vieron envueltos de nuevo en dos grandes atascos debido a la indecisión de la DGT, que primero quitó a las autovías un carril de salida para facilitar la vuelta de las vacaciones de julio, y luego se arrepintió causando el colapso de los que volvían. Que luego no venga diciendo la DGT que la culpa es de los conductores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de agosto de 2005