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Los alemanes se preguntan cómo pudieron pasar inadvertidos los 11 embarazos y asesinatos de Sabine H.

Alemania se pregunta cómo pudieron pasar inadvertidos a lo largo de 11 años los nueve embarazos, partos e infanticidios cometidos por Sabine H., la madre de 39 años que entre 1988 y 1999 mató a nueve hijos recién nacidos. Los nueve infanticidios han desencadenado una ola de intentos de explicación que abarcan desde la psicología individual a la psiquiatría y la antropología social. Los periódicos aparecen llenos de entrevistas con expertos que tratan de explicar lo inexplicable: los crímenes de una madre que mató a nueve hijos.

Los intentos explicativos no se detienen en la conducta individual. La mayoría se pregunta hasta dónde ha llegado la desintegración social y la incomunicación para que nadie haya advertido los embarazos, partos e infanticidios. Las explicaciones resultan en ocasiones originales y peregrinas. Las autoridades de Francfort del Oder, donde vivía Sabine H., y de su pueblo natal, Brieskow, de 2.700 habitantes, justifican no haber advertido nada con la excusa de que no acudía a la asistencia social.

La foto de la acusada de los infanticidios aparecía ayer en la prensa sin una mancha de tinta que tapase la cara. El periódico que se lleva la palma de las exclusivas, el favorito de las masas Bild, se lució ayer con fotos de la presunta homicida.

El ministro del Interior del Estado federado de Brandeburgo, el democristiano Jörg Schönbohm, ha desencadenado una fuerte polémica con unas declaraciones al periódico de Berlín Der Tagesspiegel. Schönbohm culpa de lo ocurrido al régimen comunista de la difunta República Democrática Alemana, todavía existente cuando Sabine inició sus infanticidios. Sostiene Schönbohm: "La proletarización impuesta por el SED

[el Partido Socialista Unificado que ejercía la dictadura comunista en la RDA] es una de las causas esenciales de la depravación y la predisposición a la violencia".

El primer ministro de Brandeburgo, el socialdemócrata Matthias Platzeck, criticó la visión de su ministro del Interior y declaró: "Deberíamos reflexionar más bien sobre que las personas en nuestra sociedad presten más atención a los otros, les ofrezcan ayuda y reaccionen de forma más sensible ante su entorno".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de agosto de 2005