Ya estamos en el tramo final del ciclo flamenco de Los Veranos de la Villa 2005, programado para el marco ideal de los Jardines de Sabatini, a la sombra -es un decir- de un Palacio radiantemente iluminado.
Hoy y mañana veremos el único espectáculo que ha tenido dos días de programación: Alrreó de la fragua. Es decir, alrededor de la fragua. Una fantasía que se desarrolla alrededor de una elemental fragua, que es donde los gitanos aseguran que nació el flamenco. Ponen en escena literalmente una fragua en funcionamiento, y en lo que dura la representación hacen una herradura. Cuatro cantaores son los protagonistas del suceso: Rancapino, Vicente Soto Sordera, Nano de Jerez y Gordo de Jerez. Nano y el Gordo son hijos de Tío Juane, quien fue el creador de este espectáculo.
El jueves 11 de agosto otra jerezana, Tomasa La Macanita, tomará el mando con su voz rozada y tan flamenca. Y compartirá escenario con ella el guitarrista Agustín el Bola, que hace tiempo falta de los carteles flamencos.
El viernes, María Toledo y Joaquín Ruiz asumen el protagonismo. María Toledo es una novel, pero muy prometedora, cantaora, que tiene garra y rajo y está progresando constantemente; Joaquín Ruiz es un veterano bailaor, habitualmente en propuestas serias y de indiscutible mérito.
El sábado 13 de agosto, el cantaor Diego El Cigala echa el cierre al ciclo, que habrá culminado con él 13 sesiones.
Ciclo de flamenco. Todos los días a las 22.00, en los Jardines de Sabatini, junto al Palacio Real. 22 y 18 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de agosto de 2005