Insiste el señor López Aguilar, ministro de Justicia (EL PAÍS, 24 de julio) en que la despenalización del cuarto supuesto del aborto no entra en las prioridades del Gabinete para esta legislatura. Me parece un absoluto escándalo que el actual Ejecutivo no se plantee cumplir su compromiso electoral en esta materia, teniendo en cuenta que la ley aprobada hace veinte años no responde a las necesidades de las mujeres y que la mayoría de los abortos que se realizan en este país, (alrededor del 90%), se practican en la sanidad privada porque sólo pagando se consigue salvar la actual ilegalidad de ese cuarto supuesto.
Por otra parte, hace unos días, el señor Caldera, ministro de Trabajo, al hablar del actual sistema de pensiones, comentaba que había que revisar las pensiones de viudedad. Estando de acuerdo con la necesidad de mejorar el sistema de pensiones, pero sabiendo que "revisar" suele utilizarse como eufemismo de "recortar", ¿de verdad tiene que empezar este Gobierno por las pensiones que afectan fundamentalmente a las mujeres? Salvo que dicha revisión sea al alza, cosa que dudo. A modo de sugerencia: ¿por qué no se plantean revisar las pensiones, jubilaciones, cesantías y demás prebendas de los ex altos cargos de la política?
Las manifestaciones de ambos ministros son, en mi opinión, una muestra más del distinto rasero con el que se aplica a hombres y mujeres lo que queda del Estado del bienestar: derechos para ellos, recortes para ellas. ¿Es ésta la igualdad que defiende el Gobierno socialista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de agosto de 2005