Diez individuos, procedentes de países del Este, integrantes de una banda presuntamente dedicada a la delincuencia, fueron detenidos en Orihuela por agentes del Cuerpo Nacional de Policía acusados de matar a golpes al que se consideraba como el cabecilla del grupo, un ciudadano ucraniano. El cadáver de este ciudadano -I.K. de 35 años- fue encontrado en una casa abandonada en Orihuela por la policía el pasado 10 de julio con hematomas y cortes en varios puntos del cuerpo.
Las investigaciones policiales determinaron que la muerte se produjo el 9 de julio, cuando varios miembros del grupo se reunieron en la casa y consumieron "abundantes cantidades de alcohol y hachís". La policía averiguó también que el control férreo del fallecido al grupo había despertado animadversión en parte de sus miembros. Durante la reunión del 9 de julio se produjo una fuerte discusión, en el transcurso de la cual dos de los integrantes del grupo le propinaron una paliza y le abandonaron en el cobertizo que ocupaba. Al día siguiente, estos dos hombres regresaron a la casa acompañados de otros miembros de la banda y sacaron violentamente a la tienda de campaña donde pernoctaba la víctima para volver a apalearle brutalmente hasta la muerte. Posteriormente, "se fueron a celebrarlo tomándose unas copas".
La investigación del homicidio se saldó finalmente con la detención de diez personas procedentes de Ucrania, Rusia, Lituania, Letonia y Polonia en distintos inmuebles de Orihuela.La policía acusa a todos ellos de un delito de homicidio por apaleamiento o encubrimiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de agosto de 2005