Hace unos días, Esperanza Aguirre inauguraba un nuevo avión de la flota de Air Madrid. Con ello daba un espaldarazo institucional a una compañía aérea que va a llevar el nombre de Madrid por todo el mundo.
Madrid no es sinónimo de negligencia, incompetencia, desfachatez empresarial, ausencia de escrúpulos y explotación laboral. Así que, por favor, que alguien le cambie el nombre a esta compañía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de agosto de 2005