Tres de los siete detenidos el pasado domingo durante los incidentes registrados tras la marcha improvisada por Batasuna en la Parte Vieja de San Sebastián ingresaron ayer en la prisión donostiarra de Martutene, acusados de desobediencia, atentado contra agentes de la autoridad y de participar en una manifestación ilegal. El juez de guardia de la capital guipuzcoana dictó dicha orden tras tomarles declaración y dejar en libertad a otros tres arrestados, que tienen la obligación de personarse cada el lunes en el juzgado. Anoche se desconocía la situación del séptimo arrestado.
Ni el juzgado ni la fiscalía quisieron facilitar datos sobre la situación de los detenidos. Sólo lo hizo el colectivo de apoyo a los presos de ETA Askatasuna. Josetxo Lukas, Unai Saizar y un tercer detenido natural de Vitoria son los encarcelados, según anunció Askatasuna. Sobre el séptimo detenido, nada sabía esta organización.
El daño material "más relevante" de los altercados, dijo el edil donostiarra de Seguridad Ciudadana, Ernesto Gasco, fue un contenedor quemado, pero hay otros que "no se pueden evaluar", como los perjuicios a "la imagen" de la ciudad o a la hostelería.
El presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, aseguró que no se puede "embarrar" la política con incidentes como los del domingo. El portavoz de la ejecutiva de su partido, Iñigo Urkullu, añadió que "no concuerdan" con la propuesta de Anoeta, en la que Batasuna abogó por sacar el conflicto de las calles. "Estamos acostumbrados a escuchar planteamientos teóricos dignos de atención, que luego no se corresponden con los hechos", dijo Urkullu.
La ilegalizada Batasuna respondió en un comunicado, en el que no aludía de forma expresa a los altercados: "Mientras se vulneren los derechos de los ciudadanos vascos, el conflicto seguirá estando en la calle". La solución del contencioso "también debe pelearse", añadió, en los espacios públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de agosto de 2005