El incendio que ha arrasado 252 hectáreas de suelo forestal de los Montes Aurinos y la Sierra de Ujué, entre los municipios navarros de Ujué y Gallipienzo, pudo ser provocado. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga las causas del fuego que, según fuentes de los ayuntamientos afectados, comenzó en varios lugares a la vez. Testigos y vecinos citan hasta seis focos.
La mano del hombre puede estar detrás de los tres mayores incendios forestales acaecidos este mes en Navarra. El último, ocurrido en las estribaciones de Ujué, ha sido además el mayor de todo el año. Este verano ya han ardido en la comunidad foral 824 hectáreas de terrenos forestales y agrícolas, convirtiendo a 2005 en el peor de los últimos siete años.
Los investigadores analizan si una colilla hallada por la Policía Foral pudo causar el incendio del monte Ezkaba, ocurrido el 4 de agosto junto a Pamplona y que quemó 145 hectáreas, y si la chispa de la máquina de un operario de un parque eólico pudo ocasionar el de El Carrascal, el 1 de agosto, que abrasó 120 hectáreas a 15 kilómetros al sur de la capital navarra.
El consejero de Administración Local y portavoz del Gobierno foral, Alberto Catalán, visitó ayer la zona quemada, en la que permanecían retenes de bomberos para evitar que las llamas se reavivasen. Catalán agradeció el trabajo de los bomberos y de los vecinos que participaron en las tareas de extinción, pero no se pronunció sobre las causas del siniestro. Algunos vecinos sospechan que este incendio, que se suma a los que arrasaron 450 hectáreas en 2001 y 50 más el año pasado, pudiera estar relacionado con conflictos locales ligados a la caza.
Catalán realizó un llamamiento a la responsabilidad ciudadana. "El sentido común debe recordarnos las graves consecuencias de arrojar una colilla mal apagada o una botella de cristal al campo o usar una barbacoa pese a las prohibiciones", señaló el portavoz del Ejecutivo.
Debido a la prolongada sequía que padece Navarra, su Gobierno regional ha restringido este mes la normativa prohibiendo realizar cualquier tipo de fuego en el monte, e incluso fumar en zonas de especial valor, además de prohibir el uso de motores de combustión y maquinaria eléctrica sin permiso previo, el encendido de barbacoas o el tránsito de vehículos por cualquier tipo de pista forestal.
Las alcaldesas de las localidades afectadas por este último siniestro -María Jesús Zoroza, de Ujué, y Conchita Garralda, de Gallipienzo- han exigido al Departamento de Medio Ambiente que acentúe las tareas de limpieza del monte y mejora de accesos para prevenir estas situaciones. "El 12 de agosto, dos días antes del incendio, pedí a Medio Ambiente que realizara cortafuegos y limpiara los montes", indicó la primera edil de Ujué.
Mientras, en el País Vasco han ardido ya unas 900 hectáreas de terreno en los diversos incendios forestales que se han producido este año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de agosto de 2005