El incendio de la sexta planta de un bloque de diez pisos en primera línea de playa en Benicàssim, obligó al desalojo de los 120 vecinos del edificio de apartamentos. El suceso no provocó heridos y tan solo se registraron daños materiales. El fuego se inició por un cortocircuito junto al sofá y el televisor del salón poco antes de las 6 de la mañana en el sexto piso del edificio Atalanta, ubicado en la avenida Ferrandis Salvador. El siniestro podría haber adquirido tintes dramáticos de no ser por el portero de una finca vecina que vio como estallaban los cristales del apartamento en llamas, oyó los gritos de auxilio de sus ocupantes -un anciano y su asistenta social-, y avisó uno por uno a los vecinos del inmueble, que a esa hora se encontraban durmiendo. Gracias a su actuación no hubo que lamentar daños personales. Las labores de desalojo, en las que participaron la Policía Local de Benicàssim y bomberos de Oropesa, Benicarló y Castellón, fueron difíciles y se vivieron momentos de tensión. La mayoría de los ocupantes del edificio eran gente de avanzada edad, algunos de ellos con dificultades para andar, y sólo podían evacuar el inmueble por la escalera. Del sexto al décimo piso el denso humo provocaba que fuera "casi imposible respirar" en la escalera mientras bajaban. Todos los vecinos, menos el inquilino del sexto, pudieron volver a sus viviendas a primera hora de la tarde, después de que el técnico del Ayuntamiento de Benicàssim garantizase la estabilidad de la estructura del edificio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de agosto de 2005