Fernando Alonso se muestra cauto. Al igual que el resto de los pilotos del Mundial, el asturiano tuvo ayer el primer contacto con el Otodrom de Estambul, donde el próximo domingo se reanuda el campeonato de F-1. Primero dio una vuelta junto a sus ingenieros, a pie, a los 5.340 metros del trazado para, más tarde, subirse a un scooter y reconocer de nuevo el asfalto. "Es cada vez más complicado saber qué circuitos son buenos para nosotros y cuáles pueden serlo para McLaren", declaró Alonso, líder del Mundial, con 26 puntos de ventaja respecto a Kimi Raikkonen, a falta de seis pruebas (60 puntos) para el final. "Teníamos toda la confianza puesta en Mónaco y Hungría, y no fuimos competitivos en ninguno de los dos trazados", añadió el piloto de Renault.
Acerca del novedoso trazado turco, obra del arquitecto alemán Hermann Tilke, autor de los circuitos de Sepang (Malasia), Shanghai (China) y la tribuna principal de Montmeló, Alonso le dio el visto bueno: "Lo más interesante son las subidas y las bajadas. Es un circuito complejo, donde será importante la potencia", acotó Alonso.
En el descanso veraniego, los ingenieros de Renault han trabajado en el R25 para ofrecerle a Alonso más potencia. En el equipo del asturiano quieren hacer frente al empuje del motor Mercedes de Raikkonen, más potente que el Renault, pero menos fiable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de agosto de 2005