La ronda de negociaciones que desde el martes celebraban Estados Unidos y China para poner fin al contencioso que les enfrenta sobre las importaciones textiles se cerró la pasada madrugada en San Francisco sin acuerdo. Washington asegura que hay avances y que el clima de discusión es favorable. Pero desde Pekín se precisa que sigue habiendo "diferencias fundamentales en algunas de las cuestiones principales".
El encuentro en la costa oeste estadounidense estaba concebido como una reunión rutinaria para tratar la cuestión de las cuotas de importación que Estados Unidos está aplicando en sus fronteras al textil chino. Pero Washington lo está teniendo más difícil que la Unión Europea para cerrar un pacto con China y reducir las tensiones comerciales con el gigante asiático.
En el único punto en el que coinciden de momento las partes es que quieren seguir negociando. Washington y Pekín necesitan un poco más de tiempo para analizar las propuestas que están sobre la mesa para limitar el incremento de las exportaciones del textil chino, según indicaron las dos delegaciones. Y se mantiene como objetivo el próximo 31 de agosto como fecha tope para romper con el estancamiento actual.
Por eso, no se descarta que pueda celebrarse una segunda ronda de negociaciones la semana próxima en China. Estados Unidos intenta así emular el pacto alcanzado por la UE en junio, para evitar un enfrentamiento comercial abierto. Pero el resultado de la negociación es incierto y la presión del sector textil estadounidense es fuerte y pide que se limite el crecimiento de las importaciones de 19 productos a una tasa anual del 7,5%, hasta 2008, como establece la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Quejas en Europa
El sector insiste que no puede competir en las condiciones actuales y recuerda que se han cerrado ya 19 plantas desde que se eliminara el régimen de cuotas, con el consiguiente despedido a 26.000 empleados este año.
El acuerdo de la Unión Europea con China no ha contentado a todos. Holanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia advirtieron ayer de que el sistema de cuotas para la importación de algunos textiles chinos puede ocasionar grandes pérdidas económicas, llevar a la bancarrota a algunas empresas europeas y entrañar pérdidas de empleos.
Los ministros de Comercio e Industria de Holanda, Karien van Gennip; Dinamarca, Bendt Bendtsen; Suecia, Thomas Ostros, y Finlandia, Paula Lehtomaki, se pronuncian de esta manera en un artículo publicado por Financial Times. "Empresas comerciales europeas se enfrentan a la bancarrota o a serias pérdidas financieras. Muchos puestos de trabajo podrían perderse", alertan los ministros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de agosto de 2005