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DESPEDIDA A LOS 17 MILITARES MUERTOS EN AFGANISTÁN

La investigación preliminar descarta que el helicóptero fuera atacado

Defensa tampoco encuentra indicios de que el aparato sufriera un fallo técnico

La investigación preliminar del Ministerio de Defensa descarta que la caída de un helicóptero del Ejército español el pasado martes al sur de Herat (Afganistán) se debiera a un ataque o a un fallo técnico del aparato. Las 17 víctimas del accidente fueron despedidas ayer con un solemne funeral de Estado que presidieron los Reyes y los Príncipes de Asturias en el patio de armas del Cuartel General del Ejército de Tierra en Madrid.

Agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) llegaron al lugar del siniestro sólo dos horas después de que se estrellara el Cougar y, con apoyo de policías afganos y notables locales, interrogaron a cuatro testigos. Estos testimonios, separados y coincidentes, y el posterior rastreo de la zona, en la que no se encontró ningún indicio de agresión, llevaron a la conclusión de que el helicóptero no fue derribado, sino que sufrió un accidente.

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No hay constancia, sin embargo, de que el helicóptero sufriera algún fallo técnico, por lo que los investigadores sugieren que las difíciles condiciones de este vuelo -a muy baja altura y con vientos fuertes y racheados- pudieron llevar al aparato a rozar el suelo y quedar fuera de control.

El Rey impuso sobre cada féretro la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, concedida por el ministro de Defensa, José Bono, en una orden que destaca que los fallecidos actuaban "con el respaldo del Parlamento y de la legalidad internacional".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de agosto de 2005