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El piloto de una avioneta española contra incendios sobrevive tras estrellarse el aparato en Portugal

Un avión monomotor español se estrelló ayer en São Pedro do Sul, provincia de Viseu, en el centro de Portugal, cuando ayudaba a apagar un incendio. El piloto, de 27 años, cuya identidad no fue revelada, sólo sufrió heridas leves. El aparato "tuvo un fallo mecánico cuando procedía a descargar agua en un incendio y se precipitó a tierra tras chocar con las copas de los árboles", explicó un portavoz del Servicio Nacional de Bomberos y Protección Civil (SNBPC).

Un testigo explicó a la radio TSF que, después de lanzar agua sobre las llamas, el avión perdió estabilidad y tocó en las copas de los eucaliptos, pero el piloto español consiguió alejarlo del incendio y llevarlo hasta una zona sin árboles y sin casas, donde finalmente se estrelló. El piloto fue asistido en el hospital de Viseu. Los exámenes revelaron que había salido ileso. El aparato accidentado era un Air Tractor AT 802 de fabricación estadounidense y estaba en Portugal desde el domingo pasado, tras la petición de ayuda por parte del Gobierno de Lisboa a los países de la UE ante la ola de incendios incontrolados que calcinan el norte y el centro del país. Además del avión español ayer siniestrado, hay en Portugal un avión italiano, dos franceses, tres helicópteros alemanes y dos holandeses. Ayer, Eslovaquia informó de que también enviará un helicóptero.

A media tarde de ayer, los bomberos dieron por controlados los incendios en Coimbra (también en el centro del país), la región más castigada por las llamas en las últimas semanas. Fue una primera tregua dada por los fuegos a los bomberos, que desde el sábado tenían la situación fuera de control. En la madrugada del lunes, los incendios llegaron a entrar en la zona urbanizada de la ciudad, algo inédito en Portugal. En el resto del país, ocho incendios seguían preocupando a las autoridades, pero la situación estaba mucho más tranquila. Seiscientos militares trabajaban en tareas de vigilancia para asegurarse de que los fuegos estén completamente apagados.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de agosto de 2005