Fontanars dels Alforins es un importante enclave vitivinícola, las bondades de su suelo y clima siempre lo han hecho una de las tierras más ricas del País Valenciano. Desde la creación del Reino de Valencia en el siglo XIII, la distribución de la tierra fue más parecida al Penedés que a l'Horta por sus heretats y masías, diferente del minifundio tradicional de las vegas del litoral. Ha sido una tierra bendecida por la naturaleza, y sus gentes lo han conservado. La altitud media es de 700 metros y hay un bello paisaje donde los bosques se acercan a los cultivos. Se plantase, vid, trigo u olivo las cosechas siempre fueron abundantes, ayudadas por sus buenas fuentes y el alto nivel freático. La tradición vitícola es larga y a las variedades locales, verdil, plantanova, malvasia, monastrell, tintorera y la casi extinguida mandó, se le han añadido las foráneas (tempranillo, cabernet, pinot noir, merlot y chardonnay) muy bien aclimatadas en este vergel. Las condiciones naturales han sido el éxito de los vinos de Fontanars en los últimos 15 años pero también el paisaje, y esto es mérito de sus paisanos. Uno de ellos, Daniel Belda, enólogo y propietario de las bodegas del mismo nombre es agente histórico del desarrollo reciente de estos vinos, pues fue pionero con Los Pinos y colabora con Heretat de Taverners, bodegas de vinos excelentes.
Belda ha conseguido un equilibrio muy bueno para esta uva difícil pero agradecida
En su bodega elabora el cabernet sauvignon gran reserva y el merlot reserva, más longevo y vegetal el primero y más untuoso, seductor y amplio en matices el segundo, así como el selección reserva, que es un compendio de ambos. El Belda Pinot Noir fermentado en barrica es un curiosísimo vino donde los aromas a frutos de bayas silvestres maduras y la finura del tanino de su barrica lo convierten en un trago de sensualidad. Tiene algo de borgoña, pero también de los pinotage surafricanos, variedad nueva creada mezclando los patrones de las varas del pinot noir y la cinsault. Daniel tiene otro mérito enológico de importancia histórica, ha recuperado para los buenos vinos la variedad verdil blanca, tradicional vidueño del la comarca del Clariano (La Costera y la Vall d'Albaida). Esta uva tenía como destino el granel por sus bondades en el coupage con otras que no habían sido bendecidas. No se elaboraba para hacer blancos modernos de calidad, Daniel la recuperó vinificándola para conseguir su frutosidad limpia a pera y manzana, pero también mantenido su vigor. Teniendo en cuenta su poder oxidativo hay que ser muy buen enólogo (y Daniel lo es) para que no se vaya en la fermentación. Muy madura, acentúa unas características (alcohol, color, abocamiento) muy joven, se queda corta (verde, ácida, pobre afrutamiento). Belda ha conseguido para su verdil joven un equilibrio muy bueno en esta uva difícil pero agradecida. Además ha abierto una puerta para su desarrollo, pues aun hay un magnífico vino que la verdil puede dar. Juan Carlos Gabils, uno de los mejores cocineros de este país, profesor de la escuela de Hostelería de Valencia, ha hecho un plato con este vino, y como manda el undécimo mandamiento de la cultura vinícola, no se es un gran vino hasta que no es parte de un plato. Es verdad que las viníferas y las personas se parecen, quid demostratum est una uva que parecía una cosa y era otra. La Fontaine decía que "cada hombre encierra tres en uno, el que el cree que es, el que los demás creen que es, y el que es realmente".
Marca: Daniel Belda Verdil. Tipo: Blanco joven. Variedad: Verdil. Precio: 3 euros. Bodega: Daniel Belda. C. Conde Salvatierra 54, Fontanars dels Alforins 46635 (Valencia). Teléfono: 96 222 2278. Fax: 96 555 5545. E-mail: daniel.belda@vinsbjb.com/ Web: www.vinsbjb.com
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de agosto de 2005