En las últimas semanas hemos leído horrorizados en los medios de comunicación desgracias como la caída de tres aviones con una cantidad de muertes que te pone la piel de gallina. Entre las causas más probables que se deducen del estudio de las cajas negras de los aviones siniestrados están: combustible sucio, mantenimiento deficiente, cuestiones fácilmente comprensibles que puedan realizar desaprensivos.
¿Cómo conseguir rentabilidad con trayectos aéreos a bajo costo? Fácil: reduciendo personal, que causan las deficiencias en el mantenimiento de las aeronaves. La globalización nos ha llevado al ilusorio sueño de viajar cada vez más y más lejos por precios más asequibles. No pasaba nada porque Loyola de Palacios estaba en Europa como Comisaría de Transporte y hacía propuestas para mejorar el transporte y castigar a los estafadores.
La cruda realidad es mucho más cruel. Quien se embarca en semejantes viajes debe tener en cuenta un margen de posibilidades de que le pueda suceder alguna estafa o, lo que es peor, accidente. ¿Cuántos jóvenes mueren cada fin de semana en las carreteras? Los padres podemos autoconsolarnos diciendo: "la vida moderna", "los jóvenes necesitan espacio y experiencias". Sin lugar a dudas, pero me gusta más lo que pude leer en una pancarta escrita por los Papas Boys, en su reciente encuentro en Colonia ¡Sí, un mundo diferente es posible! Yo solo deseo decir ¡No a una globalización artificial e injusta creada por una derecha vendedora de humo que sólo calcula beneficios y las perdidas sólo son efectos colaterales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de agosto de 2005