En el verano de 2003, el Sevilla consiguió la contratación de Julio Baptista. Procedía del São Paulo, en el que había destacado como un centrocampista defensivo amparado en un físico portentoso. Por algo le llamaban La Bestia. Monchi, el director deportivo del Sevilla, le vendió al técnico, Joaquín Caparrós, su fichaje como la de un Mauro Silva. Caparrós, en la pretemporada, le utilizó como mediocentro. No le convenció. "Ése no es su sitio", decía, alegando que a su afán por descolgarse más de la cuenta unía cierta carencia en el pase. El caso es que Caparrós decidió ubicarle como media punta. Baptista le expresó sus dudas, temeroso de actuar en una posición que le era desconocida. Y en el primer partido de la Liga, ante el Atlético, el Sevilla ganó por 1-0. El gol fue de Baptista.
En los cuatro años que se pasó en São Paulo, Baptista jugó 73 partidos de Liga en los que marcó nueve goles. En las dos que estuvo en el Sevilla, jugando cerca del área rival, consiguió 38 tantos en 63 partidos.
Casi 25 millones de euros se gastó este verano el Madrid en la contratación de Baptista. Lo que se supone que empujó al club blanco a semejante desembolso fue la actuación del jugador en el Sevilla, no en el São Paulo. Pero Luxemburgo, de momento, ha optado por desterrarle de la posición de media punta y ubicarle como centrocampista por la izquierda. En Cádiz, la salida de Robinho le obligó retrasar aún más su posición, dejándole junto a Beckham en el doble pivote En el próximo partido, la presencia de Robinho en el ataque junto a Ronaldo obligará al técnico a tomar la decisión más esperada. Si es fiel al rombo con el que actúa, y que ha llevado al Madrid a Gravesesn y Pablo García para ocupar el medio centro, tiene a cuatro jugadores -Beckham, Zidane, Raúl y Baptista-, para dos puestos. Y eso sin contar con Guti. Beckham es titular sí o sí, a Zidane le prometió el técnico que ocuparía la media punta, Raúl ha sido hasta ahora intocable, Baptista ha costado 24,5 millones...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de agosto de 2005