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El PSE aplaza hasta las elecciones de 2007 el debate sobre sus alianzas

La ponencia congresual apuesta por afianzar la oposición a Ibarretxe

Los socialistas vascos quieren aplazar hasta después de las elecciones municipales y forales de 2007 la discusión de su política de alianzas y centrarse en estos momentos en cimentar desde la oposición su alternativa al Gobierno de Juan José Ibarretxe. El planteamiento figura en el borrador, ya ultimado, de la ponencia política que el PSE debatirá en su próximo congreso, convocado para el 29 y 30 de octubre en Bilbao.

El texto, once folios redactados por el presidente del partido, Jesús Eguiguren, con aportaciones de su secretario general, Patxi López, y el coordinador de la ejecutiva, Rodolfo Ares, será debatido para su aprobación por el Comité Nacional el próximo 17 de septiembre y pasará luego a su discusión en las agrupaciones.

La ponencia zanja el debate sobre posibles pactos con el PNV defendiendo que los socialistas no han de preocuparse por "lo cerca" que estén de ese partido o del PP, sino por afianzar su labor de oposición "con voluntad de ejercer como alternativa" al Ejecutivo nacionalista. Abre la vía, eso sí, a ofrecer al lehendakari Ibarretxe "políticas de mano tendida" sobre libertades y pacificación y reforma estatutaria, además de acuerdos sobre otras políticas concretas, pero recalcando que su interés es "resolver los problemas" de los ciudadanos, no los del PNV.

Los socialistas han repetido en las últimas semanas, y vuelven a hacerlo en el texto, que el PNV apostó desde el primer momento tras las autonómicas de abril por reeditar el tripartito con Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (EB), sabiendo las dificultades que su minoría (32 escaños sobre 75) le causa para sacar adelante su gestión.

Los socialistas vascos se marcan tres pilares fundamentales en su trabajo: la paz, la reforma del Estatuto de Gernika y las políticas sociales de progreso. Respecto a la primera, su "prioridad fundamental", el PSE defiende un marco de debate entre los partidos vascos en colaboración con el Gobierno central sobre la base de la resolución que aprobó el Congreso en mayo pasado, que abre la posibilidad de un diálogo con ETA sobre el final de la violencia siempre que la banda deje las armas.

Reforma estatutaria

El PSE plantea que cualquier discusión sobre la reforma del Estatuto de Gernika no puede partir de ningún otro texto que no sea éste, huyendo de "reformas fraudulentas como las que ha querido imponer Ibarretxe", en alusión al plan que lleva el nombre del lehendakari. Desde él, los socialistas quieren hacer posible "un gran acuerdo sobre el futuro del país y su marco jurídico-político". Sin entrar en mayores precisiones, la ponencia defiende el desarrollo íntegro del Estatuto y la "conveniencia de explorar todas sus potencialidades" para intentar un mayor consenso.

En cuestiones sociales, el texto defiende la necesidad de otras políticas sectoriales en materias como economía, vivienda, educación o sanidad.

El PSE quiere igualmente reafirmarse en su proyecto "autonomista y vasquista", y cree que los resultados electorales han ido sancionando la política seguida por el partido desde el congreso extraordinario de marzo de 2002, cuando Patxi López relevó a Nicolás Redondo al frente de la formación y el partido abandonó la política de unidad de acción con el PP. "Teníamos razón cuando afirmábamos que las políticas frentistas no sólo eran inútiles para derrotar al PNV, sino absolutamente contraproducentes porque lo reafirmaban", enfatiza el documento.

El partido quiere además abrirse a otros sectores de votantes y recuerda específicamente que el PNV perdió 140.000 de sus apoyos, y el PP otros 120.000 en las últimas autonómicas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de agosto de 2005