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CARTAS AL DIRECTOR

Violencia doméstica

Un día nuevo amanece y una vez más, y van más de 40 en lo que va de año, me encuentro en la portada del periódico con la noticia de la muerte de una mujer a manos de su pareja o ex pareja. ¿Hasta cuándo tendremos que leer noticias de este tipo?, ¿hasta cuándo la mujer tendrá que seguir siendo víctima de la violencia de género, esclava del machismo dominante y enfermizo?

Que los legisladores se pongan manos a la obra, como parece que están haciendo, es el primer paso para frenar estos tristes sucesos, pero la verdadera raíz del problema está, a mi juicio, en la educación que desde la escuela y desde el hogar han de recibir nuestros hijos: mientras no les eduquemos en la libertad y en el respeto y no les hagamos ver que todos nacemos con igualdad de derechos; que no hay seres inferiores; que la vida en pareja se basa en el amor, el respeto y la libertad de sus miembros; que un ser humano, sea hombre o mujer, no es una propiedad, poco o nada avanzaremos en la erradicación de la violencia de género.

Ojalá que las mujeres no tengan que seguir pagando durante más tiempo tan caro peaje hacia la igualdad; en cada uno de nosotros está el evitarlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de agosto de 2005