La clave de lo que es y de lo que pretende la reforma del Estatuto catalán por parte del tripartito, nos la da Maragall en su artículo del pasado domingo cuando menciona que "habría que corregir la Revolución Francesa, pues la diversidad es tan decisiva como la igualdad". Bien, esto, además de un sinsentido que no vale la pena siquiera comentar, nos dice a las claras que estamos asistiendo a una "revuelta de los privilegiados", por seguir con expresiones de la Revolución; una "revuelta de los privilegiados" similar a la que pretendía Bossi con su Padania, o, salvando las distancias, similar a lo que pretende la derecha norteamericana cuando defiende la bajada de impuestos.
Bueno, en esta vida todo es defendible. Y sin duda la postura de Maragall también. Ahora bien, lo que me extraña y me preocupa es que defienda lo que defiende, cuestionando incluso el ideario que supuso su nacimiento con la Revolución Francesa, desde la izquierda. Sin duda Maragall haría un favor a la claridad del debate si se definiese de una vez como lo que es; como un nacionalista, y por tanto, de derechas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de agosto de 2005