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OPINIÓN DEL LECTOR

Refexiones de una madre trabajadora

Soy madre de una niña de tres años que este curso empieza en P-3, aunque desde los 12 meses va a la guardería porque trabajo. Soy administrativa y mi jornada laboral es de ocho horas. Cuando busqué guardería, me denegaron la plaza en las concertadas porque dispongo de una nómina y superaba los ingresos estipulados para obtener las ayudas. Así pues, tuve que pagar una guardería privada: 350 euros, de 9.00 a 18.00 horas.

Este año he apuntado a mi hija a un colegio público y he pedido las ayudas para el comedor, ya que no puedo llevarla a comer a casa porque mi horario de trabajo no me lo permite. Mi sorpresa llega cuando también me la deniegan, dado que tengo ingresos y supero los límites permitidos. Mi reflexión es la siguiente: las madres trabajadoras que necesitamos dejar a nuestros hijos en las guarderías y precisamos comedores y otros servicios no podemos disponer de ayudas por tener más ingresos de los estipulados. Mientras que las madres que no trabajan y pueden tener a sus hijos con ellas sí pueden acceder a todas estas ayudas. Y, en consecuancia ésta es mi pregunta: ¿He de dejar de trabajar para que me den las ayudas? Y, en este caso, ¿para qué las quiero, si puedo estar con mi hija? ¿Hasta cuándo la Administración va a seguir cerrando los ojos a la realidad social de que las mujeres también trabajamos fuera de casa?.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de septiembre de 2005