Tres condenados a muerte por asesinato fueron ahorcados ayer en Bagdad, en las primeras ejecuciones llevadas a cabo en Irak tras el derrocamiento de Sadam Husein, en abril de 2003, según confirmó el portavoz del Gobierno iraquí, Laith Kubba. Estas ejecuciones pueden allanar el camino para las condenas de muerte del propio Sadam y de altos cargos de su régimen que están siendo procesados ahora en Irak.
Los reos ejecutados eran Bayan Ahmed Said, Uday Sawud Salman y Dahar Jasim Hassan, que fueron juzgados y sentenciados a muerte por un tribunal de la provincia de Wasit, en el sureste de Irak, por los delitos de asesinato, secuestro y violación. Miles de iraquíes han muerto en acciones violentas tras el fin de la invasión estadounidense en medio de los combates entre la insurgencia y las tropas de EE UU. Pero los crímenes comunes también son habituales en el escenario iraquí de coches bomba, secuestros y asesinatos.
"No es fácil abolir la pena de muerte en Irak. Ante las quejas de otros países, creemos que la pena capital puede servir para disuadir a los criminales antes de que cometan sus acciones", aseguró ayer el portavoz del Gobierno. El presidente iraquí, Yalal Talabani, firmó las ejecuciones a pesar de ser un firme defensor de la abolición de la pena de muerte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de septiembre de 2005